lunes, 12 de octubre de 2009

Identidad Nacional

A propósito del espíritu de facción que ha marcado nuestro comportamiento colectivo durante toda la república y que parecería acentuarse con el paso del tiempo; se hace pmucho escepticismo ponemos en valor.

La identidad se estructura en base a las vivencias ropicia una reflexión sobre la identidad nacional a la que los peruanos con poco entusiasmo apelamos y con del hombre en sociedad, así como de su relación con el entorno. En esta construcción el individuo siempre busca el reconocimiento de si mismo en los otros, a fin de lograr conformar un "nosotros"; de tal forma que la identidad resulta un proceso socialmente construido en el cual la existencia del otro es esencial.

Del mismo modo, cuando "nosotros" buscamos la configuración de un colectivo mayor, el establecimiento de una identidad colectiva queda sustentada en componentes cognitivos y afectivos que simbólicamente suponen y reflejan un conjunto de normas sociales comunes, de manera que logren concertar un "nosotros colectivo". Así, la configuración de la idea de nación, se articula en base a las semejanzas simbólicas entre ese nosotros colectivo (connacionales); constituyéndose una relación de identidad en la medida que se torna regla de semejanza, y marcando un criterio para diferenciarse de "los otros" (extranjeros).

El concepto de nación, como una sociedad con atributos compartidos y valorados que asumen la búsqueda de un determinado fin común, debe ser el crisol de los "nosotros colectivo"; conjuntando lenguas, modos, costumbres y características sustantivas.

En lo que a nosotros los peruanos atañe, la identidad nacional es un proyecto que hasta el presente no se logra consolidar, por el contrario parecería cada vez menos viable; los factores de esta incongruencia podrían ser atribuidos a que el Perú es un país pluriétnico y por tanto de múltiple diversidad cultural, a contrapelo de los intentos de configurar una identidad homogenizadora y mimetizada, manipulada desde el poder central de la capital de la república; y a espaldas de la realidad formal.

Se conjetura que el suceso colonial no es suficiente para explicar nuestra crisis de identidad; parecería según esa reflexión, que la causa principal sería el mestizaje; en vista que la población mestiza prefirió asimilarse con la cultura dominante y aprendió una marcha de negación de lo nativo y doméstico, mientras estos pueblos silenciosa pero tenazmente supieron mantener su propia cultura; emprendiendo en los últimos tiempos una lucha por afirmar su presencia, reivindicar sus derechos y demandar una reinterpretación de la historia nacional.

No obstante todo lo dicho, es indudable que contamos con elementos y símbolos comunes, que cuando se invocan o conjugan logran temporalmente que adoptemos cierta cohesión; pero ello no es suficiente como para afirmar que realmente disponemos de identidad nacional. Parecería que el camino se basa en la unidad y aceptación de lo diverso, sin hegemonismos que solo resultan asimétricos y contraproducentes. La regionalización política del país, podría ser bien aprovechada para lograr articular una verdadera identidad nacional, toda vez que los pueblos que singularmente la conforman podrán revalorar autónomamente sus propios símbolos culturales; por su parte, al Estado solo le cabría ejercer el sentido social del destino de lacomunidad, a partir de productos culturales con utilidad formativa y educacional.